EL CADÁVER DE MI AMOR

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Y poco antes del anochecer... resplandece ante mi, el vivo retrato de la magnificencia; bella efigie de carne y hueso, labios de rubí y cabellos tan oscuros como sus sombíos ojos eclipsados, de mirada fija e incitadora, su piel... pálida como la nieve y visiblemente tersa... tan elegante, divinamente esbelta... con aire soñador frente a mi, ensayaba una y mil posturas...


En aquel instante contemplaba cada uno de tus gestos... movimientos inconexos, risas de alegría, y en mi; un jubilo evoparandose por cada uno de los poros de mi piel, todos ellos electrizados al unisono de su voz, el corazón rimbombante... florido como la primavera impetuoso y exaltado, tan lucido como almas transparentes en salvación, mi reflejo... su espejo...


La luna llena apareció entre conversaciones sugestivas, la atracción era fascinantemente fatal: pues con ella, un ángel inocente lleno de luz, dicha y alegria al que cuidar... yo, a la espera de una nueva luna a mitad de un sendero guiada por tu dirección... huellas de mi destino tras el tuyo, noche tras noche... lunas brillantes tras lunas brillantes... esferas de desvelo.


Taciturna como el viento al paso de los días, mientras sentenciaba a mi boca a decretar palabras obligadas que el corazón con vehemente frenesí gritaba!! ... sin embargo callada... sin embargo suspicaz... temor o terror quizá... nunca lo sabré.


Creí el momento exacto, mis sentidos se dilataron, el corazón a punto de implotar... mis ansias trastocaron su esencia, su esencia enloqueció mis ganas... solo fuimos ella y yo... ajenas de todo raciocinio, sólo al compás de nuestros latidos, en un vals de vibrante intimidad entre solemnidad nocturna y luz pálida... tu deseo y mi furia opresiva sobre tu cuello al reclamarte solo mia... y tu cuerpo frio...


Al despertar, mis manos adoloridas... mi mente turbia y ofuscada... me recitabas tu partida a la eternidad... al verdadero cariz de tu existencia... silencio, por mi parte abstinencia de palabras triviales a tu pensamiento... me observaste y con toda seguridad afirmaste "en algun momento nos volveremos a encontrar"... nisiquiera escuché el golpear de la puerta tras tu partida... y en mi intento de observarte por ultima vez desde mi ventana, lo único que logré percibi fue una lúgubre carroza negra, dentro de él... con los brazos entre-cruzados a una bella efigie, de carne y hueso, labios de rubí y cabellos tan oscuros como sus sombíos ojos eclipsados, de mirada fija e incitadora, su piel... pálida como la nieve y visiblemente tersa... tan elegante, divinamente esbelta... marchita, ya sin vida...




... fue ella mi verdadera amante, y fui yo quien le quitó la vida.


Texo: Madame M.
Fotografía: Victoria Frances.

3 comentarios:

Lord Vyzarro dijo...

ammm. algo abstracto para mi inteligencia, siento como que va y viene en el mismo punto varias veces, pero sobre todo no pude evitar recordar a romeo y julieta, dejo saludoss!!!

La Maga dijo...

¡Excelente diseño y mejor contenido!. Me ha agradado tu Blog y te invito que visites el mío en: http://lamaga-relatos.blogspot.com/

¡Saludos!

Anónimo dijo...

Mi vida es muerte
al no tenerte,
vida perenne besarte
más allá de la muerte.

Fue hermoso poder indagar entre tus sueños... felicidades! te ♥ nena!

Se desgarraron las alas,
se desliza el corazón fuera del pecho
y en burbujas se diluye el sentimiento...

Lilith†La†Enemiga†d†Eva

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