Honorable Final.

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En todo lugar hay momentos en que hasta la más cuadriculada de las vidas se altera sin poder evitar lo que ya es increble. Incluso en el más racional y matemático de los sistemas aparece una aberración, una anomalía. Hay veces que la causalidad se vuelve ciencia, y que de repente, sin poder evitarlo, aparece alguien que trastoca mis esquemas, re-quema mis huesos y se re-fusiona en mi mirada ridiculamente ingenua-esperanzada, ni siquiera tiene que haber más atracción en el momento que cierta adicción a sus palabras o a sus inconfundibles gestos y simpáticas muecas. Sin embargo recurro a mi razón y lógica para no dejarme llevar, para no tener que carcajearme después de lamentarme, para no ser yo sino tu la que decide ser cada mañana.

Y buscas inhibirte a tí misma, abrir barreras, buscar huecos...Y es justo cuando las palabras se agolpan en la garganta entre ellas, cortándote la respiración, asfixiandote de ganas!. Y en ella no hay más que recuerdos efímeros y música. No hay reflexión, no hay nada ni siquiera alguien de verdad, por favor!.

Maldición nocturna que ata la astronomía a tu nombre y la frase de Nietszche que se me viene a la razón: Que ridícula es mi necesidad y la modestia de mi amor!, Olvídalo, así nos va bien.
Mentira!.

Lo bueno de no conformarse es que "la vida" continua su ciclo, sigue, de vez en cuando, y le da por hacerte un lío senti-mental,confundiéndote otra vez como si no tuvieras ya suficiente!. O quízá ya toca rendirse... porque la alternativa es seguir luchando, estas cansada de nada y sin embargo...
Esperar.
Texto: Mónica L.

Pink love.

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- ¿Quién es? -dije
- La mujer dragón -contestó ella-. Ha venido a atraparte.
Le cogí las manos, tratando de no temblar cuando noté la
suavidad de su piel.
- Creo que ya me ha atrapado -dije.
Hubo una breve pausa y luego "Kitty" apretó más sus brazos
alrededor de mi cintura.
- Te gusto un poquito, ¿verdad?
- Más que un poquito. Y tú lo sabes. Mucho más que un poquito.



Observación.

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A veces me tumbo y contamplo fijamente el cielo...



Otras tantas, él me tumba y me contempla fijamente.
Mónica L.

Serena.

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Serena, breve y ágil, mira pasar la noche con ojos quietos, y su perfil de vasija se ilumina con las luces de la fiesta y del alcohol. Todo arde en torno de ella... el fuego apenas roza el granito de tristeza. Serena, silenciosamente mira pasar el tiempo, los besos, las manos, las luces, los amores... hasta que la hoguera de la noche es un rescoldo y a sus ojos quietos no llega el sueño... ni el amor.

Serena, breve y ágil... visita las tiendas del atardecer, se desnuda en los probadores, se pone y se quita lencería rosa o blanca alguna que la haga contrastar con el color de su alma, mientras le cantan los espejos. Serena consume un tabaco amargo o deja arder su cuerpo desnudo en el espejo del probador, mientras la ciudad se ilumina de paraguas. Serena, blanca, y flaca esta desnuda al piano y da suelta a unas notas como mirlos, o se calienta un té en el pequeño horno para tomarselo frio, o se masturba con el agua de la ducha... Serena gita en el ataque o en el amor, y Beethoven la mira en silencio, mientras extiende finas lociones, cremas sofisticadas , fragancias exquisitas, luces por todo su blanco y terso cuerpo... cuerpo que por dentro se está pudriendo.

Convive con unos gorriones que duermen en el piano y entierra lámparas debajo de la cama. Serena, ocre y pecosa, ríe o canta... Serena de sidra y de risa habla en la entraña de los trenes, visita la nieve de las alturas y llora un llanto verde y silencioso. Serena y sola... bebe el alcohol de la culpabilidad y duerme entre paja y muñecos de celuloide...

Serena y oscura por dentro... serena y densa... serena ligera, serena íntima y blanca... unos pasos de mujer por la ciudad y este canto a la criatura solitaria, a lo femenino eréctil, a la erosión de la luz decantando o consumiendo unos cuerpos.
Ilustración: Mary Jane Ansell
Texto: Mónica L.

Pequeñas muertes

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Los sueños son pequeñas muertes
tramoyas anticipos simulacros de muerte
el despertar en cambio nos parece
una resurrección y por las dudas
olvidamos cuanto antes lo soñado
a pesar de sus fuegos sus cavernas
sus orgasmos sus glorias sus espantos
los sueños son pequeñas muertes
por eso cuando llega el despertar
y de inmediato el sueño se hace olvido
tal vez quiera decir que lo que ansiamos
es olvidar la muerte
apenas eso.


Texto: Mario Benedetti
Imagen: Esao Andrews.

Al corazón.

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Corazón de almidón adoleces ultimamente
Ayer se encrespaba, suspiraba y resplandecía a luz y sombra
Hoy me reprocha, se lamenta y me razguña como gato enfurecido
Pincha lento como un alfiler oxidado
Bombea rabiosamente desesperado
Cada profunda respiración es un mordisco en el endocardio
Ardes corazón como quemadura de cigarro
Dueles… dueles y te retuerces despiadadamente.

Encolerizado, loco, desquiciado y turbado no conoces el motivo
Tal vez no has tenido los cuidados necesarios
quizá te encuentres hastiado de 'mal de amores',
debatido, agotado y ultrajado por quien te pongo enfrente
pisoteado entre batallas por otros tantos,
probablemente harto de analgésicos y calles sin salida,
seguramente afligido a consecuencia del recuerdo 'tras el recuerdo'
y del olvido que jamás olvida.

Te atreves a anunciarme la salida de tu templo,
saltar y correr con piernas ligeras,
abrazar con brazos de pluma fina,
apretar hasta sentir el eterno retumbar al compás de otro
juntos resonar ese mismo santiamén
en una misma canción
esa misma pasión.

Admito que te eh olviado, hasta te eh ocultado.
Por la noche te dejo olvidado entre mis sueños,
por la mañana suelo dejarte en mi buró,
te eh olvidado inclusive en algún banco,
escondido debajo de la piedra más grande
descuidado en un mostrador de tienda departamental,
en algún baño público,
sobre la barra de algún bar,
sobre la mesa de alguna cafetería solitaria.
Por engañoso delator o por descuido...
hasta haberte puesto en algún contenedor de basura.

Pensando que habías sucumbido ante el sentimiento
Desaparecido por completo de mi templo…
Llegas anunciándome que sigo viva,
te muestras enervante reclamando tu lugar
lugar que tantos han deseado y otros despreciado
tuyo hasta que alguien digno se apodere de tu alma.
Corazón sin-color... corazón de almidón
Seguirás siendo mío hasta la eternidad!.


Texto: Mónica L.
Fotografía: Lilya Cornelli

Opciones. (Posibles soluciones o todo lo contrario).

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Esconderse no suele dar resultado. Mostrarse solo alarga agonías mientras contemplas las de otr@s no es la mejor manera de estar con los tuyos, disfrazarse con palabras no suelen servir más que para agrandar mi ego que normalmente necesita de pellizcos. La cullpabilidad real o ficticcia tampoco parece ser una solución, adjetivar la vida solo suele servir para quedarnos sin adjetivos o en el peor de los casos... para quedarnos sin vida que adjetivar. Y solo por alusión a la misma, de un tiempo atrás me eh encargado de 'adjetivarla' y cuestionarla cientos de veces desde mi guarida; reprimirla, escupirla, maldecirla, extrangulandola, sentido total repugnancia y verla pasar por mi ventana.

Las etiquetas, a fuerza de colgarlas se vuelven indistinguibles unas de otras. Justificarse uno mismo con imposibilidades disfrazadas de ausencias temporales suele funcionar una temporada, hasta que gracias a Dios o al Diablo, al Efecto mariposa o al dejar de esconderte las ausencias se convierten en presencias que degeneran en decepciones... me voy, ausencia... regreso, desepción... no espero encontrar alguna explicacion, esas no funcionan y jamás han perforado una piedra.

Calmar la ansiedad con golosinas funciona, hasta que descubres que te has vuelto adicto al azúcar que ya no hace efecto. Alcohol, sexo y similares.. se presentan como la mejor opción si no fuese por aquello de que suele pasar factura y cobrar al contado. Pero cuando te pasan la factura sin haberte colmado de placeres es estar completamente jodido, abusado por un Karma inexistente, marcado por la mala suerte o simplemente burlado por la vida, por lo menos hasta que el efecto se revierta y tu misma le cobres la factura sería lo más justo.

La armadura de piedra, lata, acero laminado o mentiras, funciona durante el tiempo necesario para darme cuenta que a base de blindarla se ha vuelto tan pesada que no me deja mover.. me oxida poco a poco y cada movimiento comienza a rechinar, a sonar desagradable y no... tampoco es por ahí...

Que tal vivir de esta manera... rodearte de sonrisas, conversaciones y pubis ocasionales para satisfacer esa "sociabilidad" con la que has nacido o de la cual necesitas. Disuélvete en alcohol, en abrazos compartidos con sonrisas... (fuck!! ya no importa de quien!! mierda!! para el caso son lo mismo si no puedes tener a los que tanto anhelas)y en sonrisas pagadas con leves e inocentes mentiras. Cada vez que cojas, ama... cada vez que ames. Cada vez que ries házlo enserio y cada vez que llores confunde tus lágrimas o con la almohada o con una copa, cada vez que te masturbes piensa en ella/él. Cada vez que hables, háblate a ti mismo, cada vez que hables para todos... procura no escucharte demasiado... lo justo para mantener la coherencia.


Y la próxima vez un desconocid@ te ofrezca un café... mándalo todo a la mierda y acepta!



Puta lucidez mental! no se me ocurre otra manera de hacerlo.

Texto: Madame M.
Fotografía: Lilya Corneli

Encargo

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No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea que tu vuelves.
No me dejes dormir!, no me des paz!
entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni
guante; tállame como un sílex, desespérame.
guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mi con tu cólera seca de fósforos y escamas.
Grita. Vomitame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame hasta la cara infame,
obligame a gritar al fin mi verdadero nombre...


Texto: Julio Cortázar
Fotografía: Vlad Gansovsky

Lo peor

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Lo peor no es disolverse entre líneas dejando entre ver cada una de mis inquietudes y emociones, lo pero es que se manchan con el solo roce de tu esencia, se impregne de verguenza para que llegue a quien "lo escucha", lo peor no es es dibujarte cada día para evitar una nueva huida... lo peor es torturar a mi cerebro y amordazar a mis neuronas para que no borren tu semblante y ninguna de tus muecas para que el enfrente te reconozca, lo peor no es la "fuerza" y la negación sobre mi orgullo, lo peor es esconder lágrimas bajo la lluvia, tallar a fuego sonrisas en tu rostro y pintar un cíelo púrpura después de la lluvia. Lo peor es ser lo que ven, porque no ven lo que eres, lo peor es fingir demonios y construir ángeles... lo peor son mentiras tras verdades sin ojos.

Lo peor es ser una gran sombra y estar rodeada de tantas luces que traten de opacarte, lo peor es beber de tu propio veneno para no tener que servírselo a alguien, lo peor es remendar a oscuras heridas que no abriste y jamás cicatrizarán aún y con el paso de los años ni el envejecimiento de tu alma aunque te prometa lo contrario. Lo peor es lo cáustico que escondes en el interior de cada atinada frase y palabras que no desnudas, lo peor es el río de lágrimas que brota desde tu ánima buscando un refugio y la esperanza de no volver a empapar tus pestañas.

Lo peor eres tu, tu guarida, a oscuras llorand a carcajadas, reviviendo muertos, alimentando tu alma de tanta podredumbre que atravises en tu andar y te derrita con una sonrisa falsa, lo peor eres tu... con la mirada encadenada al espejo de un bar y la absolución en forma de copa en la mano, la sutileza con la que hablo cuando aveces (te) maldigo y a la vez te necesito, resignación ante el huracán (que aún no se de donde viene ni a dónde va)...


Eso quizá sea lo peor.


Texto: Madame M.
Fotografía: Lilya Corneli.


Criatura Viajera

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Ven junto a mi... Convertiré tus lagrimas espesas gotas de sangre en alimento para mi alma.
Soy quien viaja a través de tus recuerdos, te haré llorar oceanos prufundos... soy quien te da la bienvenida mi ocaso placentero.

Camina de mi mano fria por senderos tortuosos hasta que muera la oscuridad... llega a mi purgatorio y te libraré de toda culpa, saciaré tu sed con la sangre de mi cuerpo, danzaras con mis ojos inundados de insomnio y te veré vestir de fuego sobre mi lecho. Cantaré con tu boca sinfonias de muerte... resucitarás cada anochecer junto a la mia.

Soy quien vaja sin rumbo fijo acompañada de mis sombras tras las tuyas seres perversos, figuras extrañas diseñados en mi memoria. Soy quien llega a tus delirios y se pierde en tu retorcida imaginación. Soy quien cada noche se pierde entre la oscuridad, le hace el amor, la abraza con todas sus fuerzas hasta desgarrar su corazón y beber de sus entrañas.

Soy quien llega, y pronto se va busca una nueva luna donde emprender un nuevo vuelo
Ven junto a mi, rindete ante las súplicas de mi memoria, suelta tus armas... si vienes conmigo no regresarás jamás.


Fotografía: Luis Royo
Texto: Madame M.

Cantora Nocturna

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La que murió de su vestido azul está cantando
Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad.

Adentro de su canción hay un vestido azul
hay un caballo blanco
hay un corazón verde tatuado con los ecos de los latidos de su corazón muerto.

Expuesta a todas las perdiciones
ella canta junto a una niña extraviada que es ella
su amuleto de la buena suerte.

Y a pesar de la niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos
su voz corroe la distancia que se abre entre la sed
y la mano que busca el vaso.


Ella canta.

Al interior...

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Es preciso que sea más astuta y más prudente en la profundidad de mi corazón, debo ser como mi serpiente. Tal vez pido un imposible; pero ruego a mi orgullo que se acompañe siempre de mi prudencia, y si algún día mi prudencia se hecha a vola, que al menos pueda volar junto a mi locura.


Fotografía: Eliza Lazo de Valdéz

Del amor al prójimo.

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Te acercas a él, alabas con gran vehemencia ese acercamiento y lo adornas con palabras bellas. Pero yo te digo, ese amor que manifiestas hacia él nace del poco amor que te tienes a ti mism@ .Ustedes se vuelcan hacia si el prójimo huyendo de sí mismos y se empeñan en considerar que ésa es una gran virtud; pero yo no me dejo embaucar con ese desapego al propio yo.

Me preguntan si yo aconsejo amar?...

"Yo más bien aconsejaría huir de quien está más cerca y amar al más lejano. El amor que está lejos y al que está por venir es una índole superior del amor. El amor a las cosas y a los fantasmas es el más elevado que el amor a los hombres. Ese fantasma que va delante de ti, es más hermoso que tu. Porqué no le das tu carne y tus huesos?. Claro! te da miedo y por eso corres para juntarte con él!. Yo se que se aman a sí mismos y no se soportan lo suficiente, es por eso que pretenden introducir al prójimo a que ame, para después buralarse de su error."

Nietzsche!! a pesar de que te volviste loco a tus 44 años, nunca tuviste una esposa y acabaste dependiendo de tu madre y tu hermana... y que tus pensamientos y filosofías escritas con sangre de ahora en adelante puedan causar más estragos en mi enferma y delirante mente demente ... QUE RAZÓN TIENES!. No me conviertas en una fervierte seguidora más de ti, házlo sin que me de cuenta.


Y que siga diciendo Zaratustra.


EL CADÁVER DE MI AMOR

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Y poco antes del anochecer... resplandece ante mi, el vivo retrato de la magnificencia; bella efigie de carne y hueso, labios de rubí y cabellos tan oscuros como sus sombíos ojos eclipsados, de mirada fija e incitadora, su piel... pálida como la nieve y visiblemente tersa... tan elegante, divinamente esbelta... con aire soñador frente a mi, ensayaba una y mil posturas...


En aquel instante contemplaba cada uno de tus gestos... movimientos inconexos, risas de alegría, y en mi; un jubilo evoparandose por cada uno de los poros de mi piel, todos ellos electrizados al unisono de su voz, el corazón rimbombante... florido como la primavera impetuoso y exaltado, tan lucido como almas transparentes en salvación, mi reflejo... su espejo...


La luna llena apareció entre conversaciones sugestivas, la atracción era fascinantemente fatal: pues con ella, un ángel inocente lleno de luz, dicha y alegria al que cuidar... yo, a la espera de una nueva luna a mitad de un sendero guiada por tu dirección... huellas de mi destino tras el tuyo, noche tras noche... lunas brillantes tras lunas brillantes... esferas de desvelo.


Taciturna como el viento al paso de los días, mientras sentenciaba a mi boca a decretar palabras obligadas que el corazón con vehemente frenesí gritaba!! ... sin embargo callada... sin embargo suspicaz... temor o terror quizá... nunca lo sabré.


Creí el momento exacto, mis sentidos se dilataron, el corazón a punto de implotar... mis ansias trastocaron su esencia, su esencia enloqueció mis ganas... solo fuimos ella y yo... ajenas de todo raciocinio, sólo al compás de nuestros latidos, en un vals de vibrante intimidad entre solemnidad nocturna y luz pálida... tu deseo y mi furia opresiva sobre tu cuello al reclamarte solo mia... y tu cuerpo frio...


Al despertar, mis manos adoloridas... mi mente turbia y ofuscada... me recitabas tu partida a la eternidad... al verdadero cariz de tu existencia... silencio, por mi parte abstinencia de palabras triviales a tu pensamiento... me observaste y con toda seguridad afirmaste "en algun momento nos volveremos a encontrar"... nisiquiera escuché el golpear de la puerta tras tu partida... y en mi intento de observarte por ultima vez desde mi ventana, lo único que logré percibi fue una lúgubre carroza negra, dentro de él... con los brazos entre-cruzados a una bella efigie, de carne y hueso, labios de rubí y cabellos tan oscuros como sus sombíos ojos eclipsados, de mirada fija e incitadora, su piel... pálida como la nieve y visiblemente tersa... tan elegante, divinamente esbelta... marchita, ya sin vida...




... fue ella mi verdadera amante, y fui yo quien le quitó la vida.


Texo: Madame M.
Fotografía: Victoria Frances.

La luna, siempre.

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Redonda, hinchada de frotarse contra el cielo... rasga mi piel con su delgada luz... Cae sobre mi pelo con la levedad de una sirena que no se hubiera dado cuenta que no posee piernas.


Solivianta mi sangre... me enciende de locura, me regala una piel fosforescente y me convierte aceite hirviendo en fauna (cascos y cuernos y cabello desbocado bajo el lúbrico soplo de lo oscuro).

EXTRACCIÓN DE LA PIEDRA DE LA LOCURA

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La luz mala se ha avecinado y nada es cierto. Y si pienso en todo lo que leí acerca del espíritu... Cerré los ojos, vi cuerpos luminosos que giraban en la niebla, en el lugar de las ambiguas vecindades. No temas, nada te sobrevendrá, ya no hay violadores de tumbas. El silencio, el silencio siempre, las monedas de oro del sueño. Hablo como en mí se habla. No mi voz obstinada en parecer una voz humana sino la otra que atestigua que no he cesado de morar en el bosque.Si vieras a la que sin ti duerme en un jardín en ruinas en la memoria. Allí yo, ebria de mil muertes, hablo de mí conmigo sólo por saber si es verdad que estoy debajo de la hierba. No sé los nombres. ¿A quién le dirás que no sabes? Te deseas otra. La otra que eres se desea otra. ¿Qué pasa en la verde alameda? Pasa que no es verde y ni siquiera hay una alameda. Y ahora juegas a ser esclava para ocultar tu corona ¿otorgada por quién? ¿quién te ha ungido? ¿quién te ha consagrado? El invisible pueblo de la memoria más vieja. Perdida por propio designio, has renunciado a tu reino por las cenizas. Quien te hace doler te recuerda antiguos homenajes. No obstante, lloras funestamente y evocas tu locura y hasta quisieras extraerla de ti como si fuese una piedra a ella, tu solo privilegio. En un muro blanco dibujas las alegorías del reposo, y es siempre una reina loca que yace bajo la luna sobre la triste hierba del viejo jardín. Pero no hables de los jardines, no hables de la luna no hables de la rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor incesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu traición. Es tan oscuro, tan en silencio el proceso a que me obligo. Oh habla del silencio.De repente poseída por un funesto presentimiento de un viento negro que impide respirar, busqué el recuerdo de alguna alegría que me sirviera de escudo, o de arma de defensa, o aun de ataque. Parecía el Eclesiastés: busqué en todas mis memorias y nada, nada debajo de la aurora de dedos negros. Mi oficio (también en el sueño lo ejerzo) es conjurar y exorcizar. A qué hora empezó la desgracia? No quiero saber. No quiero más que un silencio para mí y las que fui, un silencio como la pequeña choza que encuentran en el bosque los niños perdidos. Y qué sé yo qué ha de ser de mí si nada rima con nada. Te despeñas. Es el sinfín desesperante, igual y no obstante contrario a la noche de los cuerpos donde apenas un manantial cesa aparece otro que reanuda el fin de las aguas. Sin el perdón de las aguas no puedo vivir. Sin el mármol final del cielo no puedo morir.


En ti es de noche. Pronto asistirás al animoso encabritarse del animal que eres. Corazón de la noche, habla. Haberse muerto en quien se era y en quien se amaba, haberse y no haberse dado vuelta como un cielo tormentoso y celeste al mismo tiempo. Hubiese querido más que esto y a la vez nada.


Va y viene diciéndose solo en solitario vaivén. Un perderse gota a gota el sentido de los días. Señuelos de conceptos. Trampas de vocales. La razón me muestra la salida del escenario donde levantaron una iglesia bajo la lluvia: la mujer-loba deposita a su vástago en el umbral y huye. Hay una luz tristísima de cirios acechados por un soplo maligno. Llora la niña loba. Ningún dormido la oye. Todas las pestes y las plagas para los que duermen en paz.


Esta voz ávida venida de antiguos plañidos. Ingenuamente existes, te disfrazas de pequeña asesina, te das miedo frente al espejo. Hundirme en la tierra y que la tierra se cierre sobre mí. Éxtasis innoble. Tú sabes que te han humillado hasta cuando te mostraban el sol. Tú sabes que nunca sabrás defenderte, que sólo deseas presentarles el trofeo, quiero decir tu cadáver, y que se lo coman y se lo beban.


Las moradas del consuelo, la consagración de la inocencia, la alegría inadjetivable del cuerpo.


Si de pronto una pintura se anima y el niño florentino que miras ardientemente extiende una mano y te invita a permanecer a su lado en la terrible dicha de ser un objeto a mirar y admirar. No (dije), para ser dos hay que ser distintos. Yo estoy fuera del marco pero el modo de ofrendarse es el mismo.


Briznas, muñecos sin cabeza, yo me llamo, yo me llamo toda la noche. Y en mi sueño un carromato de circo lleno de corsarios muertos en sus ataúdes. Un momento antes, con bellísimos atavíos y parches negros en el ojo, los capitanes saltaban de un bergantín a otro como olas, hermosos como soles.De manera que soñé capitanes y ataúdes de colores deliciosos y ahora tengo miedo a causa de todas las cosas que guardo, no un cofre de piratas, no un tesoro bien enterrado, sino cuantas cosas en movimiento, cuantas pequeñas figuras azules y doradas gesticulan y danzan (pero decir no dicen), y luego está el espacio negro -déjate caer, déjate caer-, umbral de la más alta inocencia o tal vez tan sólo de la locura. Comprendo mi miedo a una rebelión de las pequeñas figuras azules y doradas. Alma partida, alma compartida, he vagado y errado tanto para fundar uniones con el niño pintado en tanto que objeto a contemplar, y no obstante, luego de analizar los colores y las formas, me encontré haciendo el amor con un muchacho viviente en el mismo momento que el del cuadro se desnudaba y me poseía detrás de mis párpados cerrados.


Sonríe y yo soy una minúscula marioneta rosa con un paraguas celeste yo entro por su sonrisa yo hago mi casita en su lengua yo habito en la palma de su mano cierra sus dedos un polvo dorado un poco de sangre adiós oh adiós.Como una voz no lejos de la noche arde el fuego más exacto. Sin piel ni huesos andan los animales por el bosque hecho cenizas. Una vez el canto de un solo pájaro te había aproximado al calor más agudo. Mares y diademas, mares y serpientes. Por favor, mira cómo la pequeña calavera de perro suspendida del cielo raso pintado de azul se balancea con hojas secas que tiemblan en torno de ella. Grietas y agujeros en mi persona escapada de un incendio.


Escribir es buscar en el tumulto de los quemados el hueso del brazo que corresponda al hueso de la pierna. Miserable mixtura. Yo restauro, yo reconstruyo, yo ando así de rodeada de muerte. Y es sin gracia, sin aureola, sin tregua. Y esa voz, esa elegía a una causa primera: un grito, un soplo, un respirar entre dioses. Yo relato mi víspera, ¿Y qué puedes tú? Sales de tu guarida y no entiendes. Vuelves a ella y ya no importa entender o no. Vuelves a salir y no entiendes. No hay por donde respirar y tú hablas del soplo de los dioses.


No me hables del sol porque me moriría. Llévame como a una princesita ciega, como cuando lenta y cuidadosamente se hace el otoño en un jardín.Vendrás a mí con tu voz apenas coloreada por un acento que me hará evocar una puerta abierta, con la sombra de un pájaro de bello nombre, con lo que esa sombra deja en la memoria, con lo que permanece cuando avientan las cenizas de una joven muerta, con los trazos que duran en la hoja después de haber borrado un dibujo que representaba una casa, un árbol, el sol y un animal.


Si no vino es porque no vino. Es como hacer el otoño. Nada esperabas de su venida. Todo lo esperabas. Vida de tu sombra ¿qué quieres? Un transcurrir de fiesta delirante, un lenguaje sin límites, un naufragio en tus propias aguas, oh avara.Cada hora, cada día, yo quisiera no tener que hablar. Figuras de cera los otros y sobre todo yo, que soy más otra que ellos.


Nada pretendo en este poema si no es desanudar mi garganta...



Texto: Alejandra Pizarnik
Fotografía: Lilya Corneli

Las cosas que nunca te dije

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Y nunca te dije cuanto pesa mi sombra lejos de tu luz. Y no te dije que estoy cansada de hablarle a la luna, no te dije lo esperanzada que esta mi corrosiva ansiedad a la espera de una respuesta sin vueltas y absoluta. Y nunca te dije que pesa el viento toneladas de ilusiones tras tu ausencia. Y nunca te dije el número exacto de lagrimas internas que se derramaron en cada conversación. Y no te dije como me siento, ni te dije cuanto te extraño. Nunca te dije que canciones me recuerdan a ti, ni porque se tatuan en mis venas en cada terrible y gloriosa reproducción. Nunca te dije que escribía para ti. Tampoco te dije que fuiste mi musa por mucho tiempo. Nunca te dije porque lloraba. Ni te dije porque sonreía. Nunca te dije cuanto cuesta mi silencio. Y no te dije porque me ensordecía. Nunca te dije mis sueños. Nunca te conté de mis ganas. Ni te conté al verte en muchos de ellos. Nunca te conté de mi orgullo o sensatez. Ni te enteraste de mis desvelos... nunca te dije tantas cosas que debí (debo) decir.


Nunca te dije...
Nuca lo haré.


Nunca me rendí, sigo de 'pie'.


Texto: Madame M.
Fotografía: Misha Gordin

Agotamiento

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Agota ser árbol de raíces hondas en la tierra...
sin poder sorber tus minerales
Agota ser la roca en tu desierto...
dura, gris, a simple vista inquebrantable

Agota contemplar un cielo nocturno sin estrellas...
no ser parte de tu constelación.

Agota desnudar el alma en palabras autoconsumibles...
cada noche, en cada verso inconcluso para ti
Agota vertir inutilmente letras en tus ojos infinitos
desahoga plasmarlas en mis lienzos opacos tonos gris.

Agota la sílaba muerta...
con tu nombre sostenida en un interminable eco
Agota ser el oscuro abismo de mis historias...
recuerdos fétidos, escalinatas mecánicas que a ningún sitio conducen.

Agota el silencio disfrazado en mis entrañas...
jugando entre palabras indefinidas junto a las tuyas
Agota oírte aullando entre mis muros cada noche
y pensar que tus aullidos no son por mi ausencia
...lloran oníricos adulterios sulfúricos.

Agota el aire, remolino de ganchos
preguntas sin respuesta... ebrias como mosacas
Agotan la espera de sueños impalpables de hace siglos...
deseos profanos, absurdas quimeras invisibles!

Agota pintar sonrisas blancas en mi rostro...
sin obtener el perfecto resultado
Agota ser el arlquin entre tus inmortales sueños rosas...
pintarme en mis telares un palacio de terciopelo.

Agota volar sin dirección ni rumbo fijo...
ser gaviota gris posado en tus jardines a media luz
Agota mi cansada existencia...
creer en la eternidad cuando mi alma esperanzada
se encuentra a un infinito y mil lunas de la tuya.


Me agotas...
Me agoto... y aún no sé el tiempo que nos queda.
Texto: Madame M.
Fotografía: Ash Sivils


Haciendo un inventario...

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Tengo inexactitudes a montones. Tengo un jardín, dos perros, un reloj de 7 colores, y ya no soy sino lo que me han hecho... tendría que llorar a borbotones pero tengo también de estas cenizaslos ojos secos, como el alma, callada... tengo un puñado de recuerdos tristes en una mano y en la otra tengo un cardumen de sueños de colores haciéndome brotar estas palabras que me impiden morir en la tristeza... Tengo un amor perdido, un padre muerto, y una mujer que hablaba con un ángel me llevaba en su seno en el pricipio y hasta supo morirse con ternura...! Y ya no sé que más. Hay una oscura melancolía azul y tan sonora como el rumor del mar a mediodía. Se ha instalado en mi sangre, se adjudica mi posesión, mi nombre, mi bravura y sobrevivir empecinado por ver el mar una vez más, un día...

Fotografía: Natalie Shua

Ultimas Palabras

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No quiero una caja sencilla, quiero un sarcófago
de atigradas listas y un rostro pintado, redondo
como la luna, que mire, quiero
estar mirándolo cuando lleguen, escogiendo
entre minerales mudos, raíces. Véolos
ya: los pálidos, astralmente distantes rostros.
Ahora no son nada, no son siquiera criaturas.
Imagínolos huérfanos, como los primeros dioses,
de padre y madre, se preguntarán si tuve importancia
¡Debí haber preservado mis días, como frutos, en azúcar!
Mi espejo se empaña:
unos pocos hálitos, y no reflejará ya nada.
Las flores y los rostros blanqueantes cual sábanas.


No confío en el espíritu. Huye como vapor en mis sueños,
por la boca o los ojos. No puedo impedírselo.
Un día se irá para no volver. Así no son las cosas.
Permanecen, sus luces idóneas se calientanen
mis manos frecuentes. Ronronean casi.
Cuando se enfrían las suelas de mis pies, los ojos azules,
mi turquesa, me darán solaz. Déjame
mis cacharros de cobre, déjame los cacharros de afeites,
que florezcan en torno a mí como flores nocturnas, aulentes.
Me envolverán en vendas, almacenarán mi corazón
bajo mis pies, bien envuelto.
Conoceréme a mí misma. Seré noche
y el relucir de tantas cosas será más dulce que el rostro de Istar.


Texto: Sylvia Plath
Escultura: Treserras y berit

Solares Baldios

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Ella estaba sentada..
en un jardin de suport,
sentada sobre la nada,
viendo fantasmas de amor.
Con los dedos amarillos por los cigarrillos
y excesos de ron

Cruzan mi mente solaress
solares baldios de amor...

Ella se mece en su hamaca
enredada en el tiempo
con la mirada ya flaca
por quien nunca regreso.
Dicen los niños que juegan
a ver kien atina a los vazos de ron

Cruzan mi mentes solares
solares baldios de amor...

Es un cometa la imagen
es un mapa de vapor
voy por cigarros le dijo...
se puso el sombrero y jamás regreso

Ya no arañe las nubess
le receto algun doctor
pero ella estruja lugares que van a solares
baldios de amor

Fue a sacudir al tendero,
al policia y al dolor,
pero de aquel paradero...
solo silencio encontró
Los dias seran sospechas
de algun enemigo con el odio a flor

Eran su vida solares...
solares baldios de amorr...


Fotografía: Emil Schildt

Parálisis

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Sueños en coma... imaginación vagabunda sin destino, hasta un tanto banal
Latidos en reposo... corazón embalzamado inevitablemente convirtiendose en piedra .
Ansiedad agonizante acompañada de cien tragos de vacio hondo.
Conversaciones futiles, insípidas y sin color que pintan un dragón durmiendo
Maniquí de aparador a la vuelta de la esquina esperando ser vestida
Tonos blancos de nada, muecas de ausencia, risa adormecida en el rostro
Y silencio pasmados transcurriendo por una mente moribunda y somnolienta.
reloj estático mientras una vela se consume poco a poco.


...por lo pronto, hasta que otra cosa suceda.
Texto: Madame M.
Pintura: Mischa Romo aka DarkSyren

Nada

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"Transfusión, mi magia pura para el corazón
Rimel de miel pa corregir la tristeza
Tattoo mental para marcarse la imaginación
Tragos de luz, para alegrarse la vida.

Televisión, para borrarse de la transmisión
Revólver sexual, para la ruleta rusa
No se tú, ni qué dirás pero no hay nada mucho qué pensar
La oscuridad me acecha incrédula...."


Fotografía: Rick Garret

Angie!... porqué me gustas tanto?

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Mi Querida A. Jolie: Hoy cumples 33 años y no quería pasar la oportunidad de felicitarte y rendirte cierta pleitesía. Es un momento importante para tí, ya que estás a punto de dar a luz a tus nuevas gemelas. Andas en algún lugar de Francia, junto a tu inseparable/insoportable Brad Pitt y el resto de tu prole multirracial. Y aunque eres todo un fenómeno mediático desde hace algunos años [incrementado si cabe, desde tu relación con Pitt, al que has logrado eclipsar], me sigue fascinando tu capacidad como actriz que se come la pantalla.


Eres el sinónimo de la belleza, mujer inteligente, rebelde, sensual, protagonista de mis sueños eróticos y delirios púrpura, camaleónica, versátil, capaz de dar vida tanto mujeres fuertes pero sensibles en dramas, como a heroínas de acción sacadas de videojuegos, tu valía como actriz es notable, a pesar de tener que cargar con el sambenito de icono sexual.


Eres una mujer (y madre) ejemplar y, de seguir así, hasta candidata al Nobel de la Paz, pero también eres una actriz especial, de esas cuyos papeles están interpretados con pasión, con vehemencia, dejándose la piel, y eso se nota en todas tus películas!.



Have a great day... Happy Birthday my little mom!.
;)

Días de lluvia

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Lluvia de incertudubre, desconfianza...lluvia prepleja; disfrazada de verano, abarrotando signos de interrogación.
Lluvia acida, lluvia fermentada...lluvia amohecida; figurando de gotas de caramelo en medio de una tempestad.

Lluvia exhorbitanda de impaciencia, vehemente y gris; colmada de ansiedad hasta el tejado.
Luvia de futuros inciertos pintados de blanco, atormentada al sentirse evaporar.
Lluvia de sangre, lluvia dilatada, lluvia de dudas, lluvia No-sosegada, lluvia hostíl e inutilmente-esperanzada, lluvia taciturna como la luna en celo...callendo demoralizada como prostituta.

Lluvias estampada en mi ventana formando cuerpecillos deformes, rostros escalofriantes con sonrisas de demonios y en sus manos paraguas falsos. Lluvia inspida!
Aire...
Llluvia..
Relampagos...
Truena!!.

Estoy adentro... y me empapo!!

...la lluvia no cesa.

Patetic post, patetic...

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Y resulta que la realidad llega y va y se desvanece.
Y, de repente, todo se avalanza, sin dejarte respiro, sobre ti.
Y resulta que sabes que es momentaneo, que no hay persistencia.
Y aguantas la invasión de ti mismo.
Y la suma de rencores, de olvidos y recuerdos que, te guste o no dependiendo del momento, forman parte de ti.
Y es en ese momento en el que decides derramarte en palabras e irte a la cama a llorar lo que no sabes decir.


Es vivir.
Aunque sólo sea para ti mismo.

De batallas por perder y manzanas por pintar

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Te escondes dejándote entrever, te busco escondiéndome, te delimito con palabras, contraatacas con sonrisas, te sitúas en mi estela, yo busco el sol a mi espalda. Te esquivo dejándome dar, me muestras tu flanco mientras lanzas estocadas, me sonríes cuando no te veo, para que te mire a través de mis palabras. Huyes para darme caza, corro hacia ti para no encontrarte, guardas silencio para que te oiga... grito para que no me escuche, dejas pasar el tiempo para volverme a ver... me muestro para mantenerme a distancia, escribo palabras, afilas puñales, pides respuestas que ya conoces, respondo con palabras hiladas en silencio, me escondo tras letras, me dedicas silencios, te ando, te escapas...
Me acerco a prudencial distancia, huyes a mi retaguardia, pasan los años pero no el tiempo, pasan minutos con peso de siglos. Manzanas que se pudren para volver a madurar, viaje hacia atras en el tiempo que continúa adelante, cafés que no tomaremos juntos, llamadas que jamás diran lo que deseamos escuchar, silencios perdidos, noches de risa tonta...
Explicaciones que no quiero dar, manzanas, al fin y al cabo sonries... siempre lo haces para que yo lo haga. Callo para que hables, gritas sin que te escuche, estás., eres, estoy, soy.

Para tí, que "olvidas" pañuelos y clavas sonrisas como puñales.